Vera historia de Juan Camilo Mouriño

Secretario de Gobernación de México, embajador de Galicia en los dominios de ultramar de Juan Carlos de Borbón y el PP. Asimismo es uno de los potenciales compradores de PEMEX que empezó a comprar con sus ahorros desde que era un niño.

Nacimiento y nacionalidad

Nadie sabe a ciencia cierta si es mexicano (hijo de la chingada), español (hijo de puta) o de dónde salió. Es uno de los grandes misterios de Mexicalpan de las Tunas (¿o Galicia?).

Según una investigación científica realizada por el reconocido investigador michoacano-perredista Gerardo Noroña, que hizo el favor de viajar a la Madre Patria para solucionar este enigma, encuentra que Juan Iván Camilo Mouriño nació siendo un bebé en Allariz, Galicia con una madre que se decía oriunda de Córdoba (pero no dijo si Córdoba Veracruz, Córdoba España o Córdoba, Argentina) y su padre en realidad es Chema Aznar, quien le implantó unos auriculares especiales, en forma de enormes orejas, para poder espiar a los rojillos revoltosos que ofenden a su majestad. Y que además, su linaje se remonta a Hernán Cortés y Francisco Franco.

Al ser divulgados estos datos, este cabrón no tardó en exhibir un acta de nacimiento firmada por Felipe Calderón y Vicente Fox, donde establecía que Iván Juan Camilo Mouriño era más mexicano que el mole, que había nacido en Campeche, hijo del Changoleón y Elba Esther "baby face" Gordillo (con lo que vedría siendo nieto de Chucky, el muñeco diabólico). Es más, su linaje se remontaba a Netzahualcóyotl y a Moctezuma el chelero. Además le constaba que se sabía todas las canciones de Agustín Lara y Juan Gabriel.
Por otro lado, una investigación científica independiente, completamente neutral descubrió solamente que había nacido en Santiago, pero no lograron esclarecer si era Santiago Tenanyuca, Santiago de Chile, de Cuba, de Creel o de Compostela.

Su juventú

Valiendo madre donde nació Juan Iván Camilo Mouriño se vino con sus padres a Campeche, por un error de navegación (su idea original era llegar al Chile de Pinochet, pero se equivocaron de océano). Pero, para su buena fortuna, encontraron un Nuevo Mundo donde había ductos de petróleo listos para ser ordeñados. Así, ni tardo ni perezoso, el padre de Camilo Mouriño logró amasar una gran fortuna.

Además, dicho error de navegación también les permitió a los Mouriño conocer a personajes que influirían decisivamente en la vida del joven Iván Mouriño. Conoció al Jefe Diego, a Pancho Cachondo, pero sobre todo a un chaparrito peloncito de lentes que se volvió su mejor amigo. Con estas amistades, no fue nada extraño que se perdiera y enviciara el pequeño Camilo Juan.
Ya desde entonces usó con alevosía y ventaja su turbio origen, puesto que pudo obtener dos diplomas de primaria (estaba matriculado simultáneamente en la Escuela Mártires de Almoloya y el Colegio Héroes de la Falange),y aprovechó para celebrar su primera comunión dos veces con el padre Maciel.

Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas para el pequeño Juan Iván. En la escuela se burlaban de él, lo molestaban contándole chistes de gallegos y le decían Dumbo.

Primeros pasos en la política

Al llegar a su juventud, Juan Camilo estaba decidido a no tener que trabajar como cualquier mortal, así que decidió meterse de político.

Al principio de su carrera, no sabía si debía afiliarse al Partido Popular o al Partido Acción Nacional. Sin embargo dicha duda existencial desapareció cuando su gran héroe Aznar se hizo de la presidencia de ambos partidos. Y puesto que por el momento estaba en México se afilió al segundo, donde estaban ya sus cuates.

Así, fue durante tres años ininterrumpidos, secretario del Yunque, lo cual lo benefició sobremanera.

Su primer cargo de altura en el gobierno lo llevó a ser, durante el gobierno del Chupacabras Salinas de Gortari, embajador en España, por lo que se convirtió en el primer embajador en su propia tierra.

Dicen las malas lenguas que aprovechó su estadía para que lo reconociera finalmente como el cuarto nieto de Francisco Franco y le dieran (de nuevo) la nacionalidad española. No sabía que se iba a arrepentir de ello después.

Mouriño, Feli-pillo y otras tranzas

Felipe "Felipillo" Calderón defendió a Mouriño con sólidos argumentos.
Poco después de retacharse para México, se unió al equipo de Felipe Raterón, en la secretaría de Energía. Cuando el susodicho se destapó para presidente, Iván Mouriño lo siguió y le organizó la campaña negra en contra del Rayito de Ejperanja.

Por sus grandes servicios a Dios y a la Patria en la cruzada contra el mejianijmo populijta-tropical, fue largamente recompensado. Primero se le otorgó un huesito discreto, como gerente general de Los Pinos, donde podía hacer y deshacer a su antojo.

Poco después, el cavernario colocado como secretario de gobernación tuvo que renunciar y Mouriño era el único pelele del pelele disponible. Esto volvió loco a Juan Camilo, quien echó la casa por la ventana en la celebración de su nombramiento, y hasta consiguió que la revista “Quien” le hiciera una entrevista y le dieran el título honorífico de Presidenciable Metrosexual.

Su euforia se esfumó pocas horas después, cuando el Peje le dijo gachupín y mostró las doce actas de nacimiento que tenía, sus quince licencias de conducir, sus cinco credenciales de elector y sus 15,236.8999 contratos firmados donde él era el apoderado, el representante, el notario y los cuatro testigos a la vez. Sobre estos últimos, daba la increible casualidad de que todos eran contratos entre la empresa ordeñaductos de papá Mouriño y PEMEX, que se había hecho millonario de manera mañosa (¿hay otra?) a través de los mismos.

Sin embargo, aquello no fue el acabose ni el fin del mundo para el pobrecillo Mouriño debido a que el Peje estaba muy ocupado dirigiendo el sacrificio de Chucho Ortega en el Templo Mayor como para hacerse cargo (además de que Jelipillo, Televisa, Exxon y Repsol defendieron a su cuate y/o socio con ahínco.)

Ego te absolvo, filio mio joder!!

Mouriño había llegado al punto más bajo de su carrera. Gracias a un ejército de Adelitas todo el mundo supo de sus movidas, eso sí... todas legales. Pero nadie creía que él era inocente.

Pero entonces sucedió un milagro, cortesía de su buen amigo Feli-pillo. Resulta que, para acallar a la opinión pública se decidió crear una comisión investigadora. Lo cual, si bien era bueno en principio, resultó decepcionante al conocerse a los miembros que integraban la misma:

· El Gober Precioso, por parte del PRI.
· Romero Deschamps, por parte también del Sindicato de PEMEX.
· Germán Martínez, el presidente del PAN.
· Y uno que otro representante de Exxon.

Los susodichos personajes, por más que buscaron, no encontraron nada torcido. ¿Y qué creen? Juan Camilo Ivan de la Santisisisima Trinidá Mouriño Terrazas resultó más inocente que un recién nacido. Por supuesto que el principal instigador de este terrible calumnia, el Peje, hizo berrinche, pero de ahí no pasó.

Actualmente, con la conciencia tranquila (¿?) y sin más contratos que firmar, el ciudadano Mouriño sigue despachando en la Secretaría de Gobernación, matando el tiempo jugando al Tío Lolo con el EPR y viendo el debate petrolero por el Canal del Congreso.