Y al fin llegó el día en que se reunieron todos los tlatoanis a discutir que harían para frenar la violencia y la crísis de seguridad que atacaba sus pueblos. La gente, en general no se emocinaba demasiado, ya habían echo ese tipo de espectáculos en varias ocasiones anteriores y el resultado era siempre el mísmo.... NADA, los tlatoanis buscaban resultados inmediatos, esos resultados que son los que dan votos, los que los hacen salir en la televisión, los que generan publicidad, ningún habitante de los pueblos había visto nunca que se realizara un plan a largo plazo para combatir las verdaderas causas de la violencia... eso no da popularidad.
Para la gran mayoría de los habitantes de aquellos pueblos lejanos era obvio que la delincuencia no se combatía completamente con represión y castigos más severos... ¿cual era la puta causa de la violencia que vivían?? El gobernante-comediante anterior no se cansaba de decir que vivían en una sociedad perfecta, un mundo felíz, y los que no se daban cuenta era por que eran unos de esos locos enfermos de poder.
Efectivamente, el problema era la impunidad, todos lo sabían, pero la impunidad a TODOS los niveles, los familiares del gran tlatoani anterior habían saqueado al pueblo y NADA había pasado, uno de los altos funcionarios, y el mísmo tlatoani actual habían sacado provecho de su posición para beneficiar a sus familias (y a ellos mismo... of course), y no pasó NADA. Los mismos tlatoanis de los pueblos de Oaxaca y Puebla, se habían beneficiado de la impunidad, y ahi estaban ellos, tan frescos, y con la poca madre de decir que apoyaban la lucha contra la impunidad.
Esa misma impunidad que favoreció el saqueo y empobrecimiento de los pueblos era la que había generado el nacimiento de enormes riquezas de unos pocos contra el empobrecimiento descarado de la gran, gran mayoría. Después de ganarse tales riquezas, los honrados hombres de negocios éxigían moralidad y justicia al mini-tlatoani que pseudo gobernaba en esos momentos. Pero no se daban cuenta que ellos mismos habían provocado aquello que les generaba tanto miedo, ellos fueron parte de la diferencias sociales que existían en la sociedad, ahora, lo que pretendían era que mediante el uso de la fuerza y de castigos mas severos, se les proporcionara la seguridad que tanto anhelaban.
Pero la delincuencia no venia de fuera, no, no... era parte de una sociedad que llevaba muchos años pudriendose desde dentro, la riqueza de esos pocos estaba estrechamente vinculada a la pobreza de los demás, era una simbiosis evidente... de donde iban a existir ricos tan exageradamente ricos si no hubiese pobres taan insultantemente pobres??
Por eso el “combate” contra el delito no era nunca pura y exclusivamente represión ni penas más severas. En el caso de aquel pueblo, sin duda, se trataba de un déficit tanto en el ejercicio preventivo como en la aplicación de la justicia, pero es igualmente claro que esa situación no lo explicaba todo.
Era indiscutible que la sociedad ya estába cansada de promesas y discursos vacíos. Exigía responsabilidad, ideas, acciones. El delincuente carece de todo código moral que no sea la inmediata satisfacción de sus ambiciones. Ante el secuestro, la sociedad compartía un sentimiento de repulsa, pero estaba paralizada o confundida. Paralizada porque no sabía qué chingaos hacer ante el desafío de una amenaza cotidiana, invisible, intolerable.
Protestaba y al fin y al cabo reclamaba el derecho a fiscalizar a los tlatoanis. Hasta los mísmos ricos comenzaban a estar hasta la madre de unos tlatoanis ineptos, corruptos que nunca vieron por el pueblo del que se suponía eran empleados.
Por ejemplo, el ex funcionario de Seguridad, y campeón de las autocríticas, Gertz Manero-lantzin, declaraba como la corrupción se había chingado a las instituciones, es mas, contaba algunas experiencias de su tiempo, suyas, como “el robo multimillonario que había disfrutado por décadas a través de la policía auxiliar”. O cuando “nos enfrentamos con los poderosísimos transportistas, gasolineros y coyotes que en menos de seis meses perdieron más de 15 mil millones de pesos de su botín, que Pemex logró facturar, y que ellos se estaban robando, y que ahora han vuelto a recuperar”.
Al tlatoani del pueblo de Sonora también se le fué la lengua y denunció loa contubernios que fomenta la impunidad: “Hombres de negocios y funcionarios de gobierno, en todos los niveles, incluido el federal, que son altos funcionarios, participan en el lavado de dinero junto con la delincuencia organizada en México”, (El Universal).
La leyenda cuenta que siguió sin pasar nada, un show más o la vieja práctica del "atole con el dedo" pa' calmar por un rato al pueblo.... hasta la próxima vez que maten a alguien famoso, o al hijo de algún multimillonario.
2 comentarios:
Hola, me encanta el blog.
Lo siento no escribir más, pero mi español es malo escrito.
Un abrazo de Portugal
Pinche perredista chafa, que casualidad que no pones al peor de todos al imbecil del peje, que gracias a la mayoria de los mexicanos no fue presidente, bueno seguro si es el tuyo, has de recibir los 200 pesos que les da a todos los agitadores porros y viejas putas "adelitas" revoltosas, para estar chingado
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